miércoles, 20 de mayo de 2015

Un nuevo viaje a Londres en febrero de 2015

Despedirnos de París es afrontar siempre, siempre una tristeza chiquitita.
La suerte de haber podido viajar tantas veces seguidas, nos hace creer que siempre podremos volver, pero ya sabemos cómo es la vida...sus zancadillas, sus sombras...sin embargo nosotros con ilusión de niños nos seguimos aferrando a sus muchas luces y prendidos de ellas es que nos vamos de París con la certeza de que volveremos.Cuándo? Quién lo sabe...pero volveremos una vez más. A pesar de ese convencimiento no dejo de ponerme un poco mustia al irnos, al sabernos de paso, al comprobar que siempre nos es poco el tiempo que nos damos para andarla, descubrirla, saborearla.


Con esa mezcla de sensaciones es que llegamos a Gare du Nord. Aquí emprenderemos el viaje a Londres en tren. Un tren de alta velocidad que pasa por debajo del Canal de la Mancha. Si tenés la fortuna de no ser claustrofóbica como yo, quizás puedas relajarte y vivirlo como una experiencia interesante. En mi caso, el hecho de saber al tren dentro de un larguísimo túnel debajo de la tierra primero y del agua después, digamos que no es el mejor de los panoramas.
Sin embargo trato de relajarme y pasarlo lo mejor posible. 


Aquí está la Policía Británica para hacer los controles aduaneros y si está todo en regla te dejan abordar el tren. Una vez terminado el papeleo, tenés un lobby para descansar y esperar que llegue el puntualísimo tren.



                     Ya estamos en horario...todos al tren.





Y en algo más de hora y media, estamos en suelo inglés, en una de las capitales más formidables del mundo. Tan ecléctica, tan mundana, tan sobria, elegante e híper moderna a la vez. Bienvenidos a Londres!


                               Estación de Saint Pancras.







Al bajar  salimos con nuestros bártulos y me pongo en la fila para cargar las tarjetas de transporte OYSTER que me quedaron del viaje del año pasado. No se vencen, si las conservaste como yo, las podés recargar sin problemas.






La estación en cuestión es preciosa y merecería una visita aunque no viajaras a ningún lado.



Como llegamos con mucho equipaje, habíamos contratado un transfer privado que nos falló. No lo podíamos creer. Es que en todos estos años todo salió mejor aún de lo que siempre habíamos planeado.
Pero como siempre hay una primera vez para todo...vimos que el tiempo pasaba y pasaba y  el chofer en cuestión nunca llegó.


Somos de viajar en transporte público, pero no si vamos cargados como Ekekos.


Así que - a pesar de todos los vaticinios nefastos acerca delo súper carísimos que son los taxis en Londres- nos montamos a uno.



No podíamos creer que tooooooodo lo que llevábamos cabía perfecto dentro de esos clásicos taxis cabinas.









Y además fácil, fácil para pagar con tarjeta de crédito. Así que chochos. Y nos salió mucho más barato de lo que pensábamos.



Llegamos a destino. Muy buena ubicación a 3 cuadras de Oxford Street en el barrio de Marylebond.




Un apart hotel con todas las comodidades en el barrio de Marylebond.





    Como siempre dejamos todo y salimos a pataperrear.









Aunque ya era más de mediodía, nos fuimos a almorzar a un restaurante italiano que apreciamos mucho, mucho! Si estás por Oxford Street a la altura de la estación de metro Bond Street buscá el emblemático reloj púrpura que está sobre la vereda y descubrirás una diminuta y estrecha entrada que hace las veces de pasadizo secreto a St Christopher's Place, donde vas a ver una mezcla de tiendas, boutiques, restaurantes y bares. Con nombres como Whistles, Jigsaw, Kurt Geiger, Phase Eight, Carluccios, Cote,  L'Occitane, y Olivelli... hay mucho que probarse y muy rico que comer.





Era tanto el hambre que no me dio tiempo a hacerle la foto de rigor a la pasta deliciosa que nos engullimos. Ya calmada la fiera me di tiempo para el tiramisú en plena Londres.



Ahora sí, ya con los petates en el hotel, la panza llena a cumplir con nuestro primer gesto ritual en la ciudad británica. Caminar por Oxford Street, luego por Regent Street hasta Picadillys Circus. Para nosotros ese epicentro hace las veces de la Torre Eiffel.



Y en esta intersección de Oxford Street y Regent Street nos encanta cruzar en diagonal.

Zoom como estos despiertan en mí una "envidia" no tan infantil , ponele.








Estas fotos no son para nada buenas, pero son las reales que saqué con el celular y el alma contenta. Y sí, se las comparto, estamos en Londres!


Tenemos una semana entera por delante para volver a disfrutarla hasta la mayor alegría. Nos vemos el viernes! Te espero acá! Abrazo...y vamos que ya queda menos para e finde!


3 comentarios:

  1. Mariana, no conozco Francia. Bah, si, conozco Marsella. Si embargo, no tengo una gran inquietud por ella. Pero UK... Es otra cosa. Ir fue cumplir un sueño muy anhelado.Y no me defraudó, al contrario. Quiero volver a ir. No me importa no ir a otros lugares pero que a Londres y demás vuelvo, vuelvo. Abrazos para los dos, Andrea

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  2. Aprovecho este post de LOndres para agradecerte tus post de viajes anteriores... antes de irme en Noviembre pasado hice una recopilacion entre los tuyo, lo de Mechi y Ali's own!! tenia mi libretita con mucha data, incluido ese pasaje secreto que es divino!!!
    A mi todavia me falta editar y postear un monton de Londres! tan tan tan linda ciudad! llevo unos meses de retraso! jaja
    Besos!

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