martes, 29 de septiembre de 2015

"Vivir es fácil con los ojos cerrados"

Gracias, gracias, gracias por los muchos y distintos modos de decirme “estamos con vos, queremos saber qué pasa y nos gusta leerte”. Si  lo dejé fue porque me cuesta encontrarle un sentido a todo lo que hasta hace nada me hacía tan feliz, como este espacio mismo.
Breve resumen ahora que puedo un poco más, ahora que  estoy en proceso de digerirlo.
Papá 77 años. Siempre sano, sanísimo pero fumador.  Mancha en un pulmón. Diagnóstico incierto. Cirugía urgente.
Si les digo que es la primera vez que pienso en la posibilidad de perderlo físicamente, espero que me crean.
Y esa pérdida de inocencia, esa cercanía con la idea de la muerte rondando la vida de una familia que con sus mucho dires y diretes, es feliz, me estrelló contra una pared de miedos, de ansiedad y de una angustia nueva. Es como un puñetazo certero en la boca del estómago, que me da una tregua cuando logro echarme adentro una bocanada de aire oxigenado.
Porque esto que no sabemos qué es todavía, me enfrentó a la realidad de que más tarde o más temprano mis padres morirán y, sabés qué, no quiero que esto suceda nunca. Sí, lo sé, es súper infantil de mi parte. Imaginate a una cuarentona diciéndole esto mismo a su analista, a su marido y hasta a su jefe en un mar de lágrimas… ¿patético? Qué se yo, seguramente, pero ni me importa, porque es lo que me atraviesa el alma de punta a punta. Que es ley de vida, que han vivido su vida y que todo se dará como está planeado por el Universo…son argumentos que no me bastan, no me importan y me rebelan. Ojalá tuviera una fe religiosa a la cual  abrazarme, pero como nunca antes me descubro tan agnóstica.
Tengo una vaga idea de que el tema de la vida y de la muerte, lo tenía bastante masticado, ya sufrí algunas pérdidas y algunas de ellas muy importantes en mi vida, sin embargo estoy parada frente a este tema como si nunca antes me hubiera dado cuenta de que los finales no felices son los que nos esperan – con mucha suerte- al cabo de la vida.
Ahora estoy en esto. Igual estoy tomándome recreos de tanto en tanto, para cambiar la energía, para oxigenar, para traer un poco de alegría a estos días grises, para servirles mejor a mis padres que están tan asustados con esto que les plantó cara de repente, sin aviso previo. Pero al principio fueron recreos que me tomé con cierta culpa, como si nada me estuviera permitido disfrutar. De todos modos, esa culpa va cediendo y me doy cuenta de que sin esos recreos, mi casa se vuelve un espacio triste, mi Vasco se queda sin argumentos para hacerme sonreír, mi propia energía se opaca y no está nada bueno que esto suceda porque mi papá va ponerle el pecho al bisturí y aunque está muerto de miedo, quiere vivir. Mis recreos tuvieron que ver con varias pelis,  si no vieron El Capital Humano, se las re recomiendo! También tuve una salida con mis amigas, compartimos la peli de Meryl Streep y fue un rato hermoso que compartimos. También me cayó a la mano la peli "Mia Madre"…entrañable film  de Nanni Moretti y ayer después de habernos dado una vuelta gastronómica por la feria de "Italia al dente" de la mano de Donato de Santis,  fuimos al cine a ver Truman: un canto a la amistad, al amor, a generosidad en medio de esa tragedia personal. Ricardo Darín compone un corajudo personaje y  Javier Cámara, el actor español que es un encanto total, un amigazo que está como para llevárselo a la mesita de luz.
También he tenido muchos abrazos de esos que encienden el alma, muchas encuentros con los viejos para distraerlos, mucho amor dando vuelta y anoche una luna roja que era hermosa de ver.

Anoche fue también cuando por fin me di cuenta- con alegría- que tenía ganas de pintarme las uñas y puse manos a la obra. Me chanté un azul furioso y desafiante.

Desde que irrumpió toda esta enorme zozobra, ya no me ocupé de mí, ya no tuve deseos de casi nada. Las primeras semanas pasaba de una sonrisa provocada  al llanto más triste de toda mi vida, de tener espacios de pensamiento libre a ese miedo que me retuerce las tripas y me deja casi sin aliento.

Igual haber tenido ganas de escribir ya es un gran paso. Así que gracias, gracias, y mil gracias otra vez, si es que todavía estás por ahí, si es que todo este bajonazo no te hace abandonar este espacio. Igual todo bien, te re entiendo…de todos modos, hoy me sale así. Ojalá que pronto tenga buenas noticias para compartir y esto quede en el olvido como un mal sueño. Ojalá todo pase y el viaje que tenemos planeado con el Vasco, podamos concretarlo  y compartirlo para inspirar a otros y animarlos a viajar por su cuenta.

Ojalá la vida gane la partida y yo esté mejor preparada cuando toque el viaje final de los que amo. Ojalá pudiera creer en otras dimensiones . Ojalá.
                                      "Vivir es fácil con los ojos cerrados" (film de David Trueba- 2013) 

lunes, 14 de septiembre de 2015

Noche completa: Recital y cena increíbles.

Estoy en un tiempo de espera.
Me envuelve un enorme paréntesis.
Perdí la libertad.
Se acabó el tiempo de la inocencia.
Estoy atrapada en la telaraña del miedo.
Pero trato denodadamente de aferrarme a aquello de 
" Esto también pasará".
No soy buena para las esperas de esas que desesperan.
Pero es el tiempo que toca vivir.
Si nos arrancaba contándoles esto, no sería yo misma y acá en este espacio tan mío y tan de quienes se lo apropian con afecto genuino, me muestro con todo lo que yo soy y me atraviesa.
Es un bajón? Y sí lo es.
Ahora a lo que venimos.
Hace como dos meses, habíamos sacado las entradas para ver este jueves último a Vicentico en La Trastienda.
Nunca lo habíamos visto antes en un show, ni somos seguidores fanáticos, pero el Vasco quería ir.
La fecha justo cayó en un día de estos que no me están siendo fáciles de vivir. Pero pensamos que estaría bueno cambiar un poco la energía y arrancamos para San Telmo.







Y qué suerte que nos decidimos a ir, terminé bailando y cantando a viva voz como exorcizando tanta tristeza. Su show fue hermoso. Estábamos en la primera mesita pegados al escenario así que no me perdí detalle y me transmitió mucha cosa linda.El Vasco contento.Yo también.



Salimos renovados. Cantar hace bien.
Ya era bastante tarde, pero nos tiramos un lance para ver si podíamos cenar en Café San Juan.
Y sí...qué acierto!
Ya lo conocíamos, pero no es un lugar al que vayamos todas las semanas y, siempre nos da cierto chuchito que un lugar que nos prodigó tanta felicidad nos frustre con una decepción gastronómica.
Pero no...aplausos, medalla y besos para la troupe de cocineros que comanda Leandro Cristóbal, conocido como "Lele".


De primero, unas bruschetas con paté de conejo y salsa de ciruela.
Deliciosas esas tostas. Equilibrio de sabores.


De segundo unos taglitelles con camarones, aguacate, tomates confitados y azafrán. Riquísimosssss!


El Vasco se arriesgó y pidió unos canelones de molleja, ricota y espinaca en una salsa de tomate que- por Dios- tenía gusto a tomate!


Realmente un plato mejor que el otro.


A pesar de que ya éramos la última pareja cenando, no pudimos resistirnos a los postres.
Bavarois de maracuyá con salsa de frutos rojos para mí...


Terrina de chocolate con garrapiñada de almendras para el Vasco, una riquísima piña directa al hígado. 


Ese show precioso y la cena estupenda fueron un gran paréntesis alegre dentro del paréntesis infeliz que me impone la vida.
No quiero desaparecer de este espacio, tampoco tengo muchas ganas de obligarme a postear, así que trataré de respetarme y si ven que por un tiempo no estoy por acá no es que lo abandoné es que no estoy de ánimo.
Gracias como siempre y siempre!
Que estés bien!












viernes, 4 de septiembre de 2015

Tremendo bodegón - no cool- de Palermo.


Con el Vasco somos de repetir los lugares si es que comemos rico. Y este restaurante- siempre lleno del barrio de Palermo- es uno de esos bodegones porteños que te brindan un espacio con platos como si los hiciera tu madre.
( al menos, como si los hiciera la mía que cocina divinamente).
Su público? Gente grande a la que le gusta comer bien.
Algún que otro personajón público vecino del barrio también son habitués. 
Platos? Nada "cooles". Abundantes de comida rica, sabrosa, gustosa, bien presentada sin pretensiones.
Mozos? Copados. Ves que saludan con un beso sincero a los clientes más viejos . Buen clima de trabajo.
Nadie te apura. Aunque esté lleno y con gente esperando, cada uno a lo suyo.
Los baños? Correctos y  limpiossss!




Ir un domingo sin reserva, es almorzar a las 3 y media de la tarde. Para nosotros dos solos, no es problema alguno, pero para quienes tienen hábitos más estrictos...mejor llamar.
Paté casero como gentileza de la casa. Golazo de media cancha hecho de chilena con los ojos vendados.
(amo el paté y con el Vasco solíamos hacer uno riquísimo)


Esta vez de entrada el Vasco se tentó con una empanada de carne y para compartir unas mollejitas al marsalla que estaban tremendas de buenas.




Compartimos unos canelones caserísimos de pollo y verduras que son enormes. Además queríamos dejarnos un lugarcito para los postres.


Y sí, si la vamos a pudrir que sea por una buena causa.
Para mí un soberbio volcán de chocolate con helado de sambayón. Para el Vasco, un tiramisú muy respetable.




Bueno, ahora sí, que tengas un genial fin de semana!
Que te lo pases bien bonito.
Y siempre gracias por estar, por pegarte una vuelta!
A gozar!







miércoles, 2 de septiembre de 2015

Hoy el viaje es hacia el nacimiento de una planta. Germinación paso a paso de semillas de limón..

 Amo el comienzo de septiembre. Me ilusiona ver cómo la luz va entrando diferente por las ventanas de casa. Adoro las fresias multicolores y multiaromáticas que aparecen con fuerza en este tiempo que anuncia una nueva primavera. Ver que otra vez hay brotes en mis plantas, que los pimpollos de flores están madurando en silencio para explotar en cualquier momento me pone de muy buen humor.

Me encantaría tener más espacio en mi casita (PH porteño) para poder darle rienda suelta a mis ganas de una verdadera huerta.
La falta de espacio no hace que no siembre aromáticas, pero nada me gustaría más que poder cosechar una rica espinaca, tomates, pimientos, una calabaza...hasta papa!
Pero bueno, por ahora guardo esa ilusión para cuando podamos irnos a vivir al terrenito pampero.


De todos modos y a pesar de la falta de espacio real, se me dio por intentar hacer germinar semillas de limón.
Todo esto empezó en septiembre del año pasado. 
Y acá estoy, compartiendo con ustedes aquel proceso inicial.

Qué cómo se hace? Fácil! 
Sólo se necesitan paciencia y ganas.

Veamos cómo fue:

1.- Sacarles las semillas a varios limones.


2.- Quitarle muy cuidadosamente esa "camiseta" que recubre el alma nutricia de la semilla.


 3.- Quedan divinas al desnudo.


4.- Les armás una camita de papel tisú bien humedecido. 


5.- Y a esperar unos días. Rociá con agua cada vez que veas que el papel se va secando para que estén siempre húmedas.

6.-Et voilá! Empiezan a salir las primeras "colitas" germinadas.






7.- Cuando veas que ya están bastante crecidas, se viene la preparación para pequeños plantines.


8.- Una vez preparada la tierra en recipientes siempre perforados para que drene el agua, vas  a disponer una o 
dos semillas( recordemos que cada semilla es una planta).


9.- La colita se entierra suavemente en la tierra. No más que eso. La semilla en la superficie.



10.-Si el recipiente es más grande probá con varias semillitas para ver cuáles son las más fuertes que se convertirán en plantas.


Cuando ves nacer de la semilla el tallo de la planta, sentís una emoción alegre. Para mí siempre es magia la naturaleza.











Así estaban en enero de este año.

De todos estos brotes en acción sobrevivieron 3 plantas hermosas, que ya te mostraré en un próximo post. 
No sé si te contagié las ganas de probar o intentarlo en esta incipiente primavera.  De todos modos pienso que ver a la vida abriéndose paso tan "vivamente" es siempre inspirador. 
Que nazcan tus propias semillas de lo que desees.
Y que la vida no deje de manifestarse a nuestro alrededor.
Abrazo viajero y gracias por acompañarme en cada aventura.